La voz de las víctimas: mujeres, infancia y desplazamiento en las guerras de Medio Oriente
¿Alguna vez has imaginado cómo sería tener que dejar tu casa en minutos, solo con lo que puedes cargar en una mochila? Para millones de personas en Medio Oriente, esa es una realidad diaria. Pero detrás de los titulares sobre bombardeos y combates, hay historias que rara vez escuchamos: las de las mujeres, los niños y niñas que viven —y sobreviven— la guerra.
Cuando la guerra se mete en casa
En los conflictos de países como Siria, Yemen o Palestina, la población civil no solo queda atrapada entre ejércitos y bombas, sino que sufre las peores consecuencias. Las mujeres muchas veces se convierten en el único sostén de sus familias, mientras enfrentan violencia sexual, discriminación o la pérdida de sus seres queridos. La infancia, por su parte, queda marcada para siempre: miles de niños crecen en campos de refugiados, sin escuela, sin atención médica, y sin saber lo que es vivir en paz.
Según ACNUR, más del 50% de los refugiados sirios son menores de edad. Imagina pasar toda tu niñez huyendo, sin un lugar seguro al que llamar hogar. ¿Cómo se construye un futuro así? Las guerras no solo destruyen ciudades, también roban sueños, identidades y generaciones completas.
No son solo cifras: son historias
Es fácil ver los números y no sentir nada. Pero cada persona desplazada tiene un rostro, una historia, una vida que cambió para siempre. Hay mujeres que montan escuelas improvisadas en los campamentos. Niños que dibujan con carbón en las paredes porque no tienen cuadernos. Madres que caminan días enteros para buscar comida. Ellas no aparecen en los discursos de poder… pero son el verdadero corazón roto del conflicto.
Escuchar y visibilizar estas voces es el primer paso para cambiar las cosas. No hace falta ser activista o político para empatizar; basta con imaginar que podría ser tu madre, tu hermana o tu hijo. Comprender la guerra desde las víctimas es comenzar a ver el mundo con más humanidad.
